Fallece la pianista Zenaida Manfugás

Por Wilfredo Cancio Isla.

La pianista cubana Zenaida Manfugás, una prominente figura de la interpretación clásica en Cuba y en el exilio, falleció en Nueva Jersey a los 80 años.

Manfugás murió en la mañana del miércoles en su casa de Elizabeth, ciudad donde se radicó desde su salida de Cuba en 1974. La artista padecía de cáncer y sufría de varias complicaciones de salud.

Fue una intérprete consagrada al repertorio clásico y a la música de conciertos, y una mujer negra que logró vencer todos los escollos derivados de prejuicios raciales y sociales desde su temprano debut en el arte.

Y también fue una cubana de pura cepa, arraigada a los valores musicales y a la cultura de la isla. Se le consideraba una intérprete virtuosa de Ernesto Lecuona (1895-1963), acaso el más universal de los compositores cubanos.

Una pianista cubanísima

Poseedora de una técnica depurada y un estilizado sentido del ritmo, Manfugás figura entre las mejores pianistas cubanas de todos los tiempos.

“Aparte de la admiración que le tenía como artista, era una mujer tremendamente simpática, dicharachera, cubanísima, y una lectora infatigable que todos los meses solicitaba libros”, dijo a CaféFuerte Juan Manuel Salvat, propietario de Ediciones Universal en Miami y amigo de la pianista. “Es una pérdida para Cuba y la cultura cubana por todo lo que ella significaba”.

Manfugás nació en Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba, en el seno de una familia de profundo acervo musical. Su madre, Andrea Manfugás Crombet, fue una reconocida pianista y profesora, y un antepasado, Nené Manfugás, se destacó como compositor e intérprete sonero a comienzos del pasado siglo.

Siendo niña se mudó a Baracoa, donde su padre fue nombrado juez municipal. Allí su madre abrió una academia musical asociada al Conservatorio Orbón, con técnicas de enseñanza avanzadas para la época.

A los siete años era ya considerada una niña prodigio que interpretaba al piano a Mozart y a Beethoven.

De la mano de Gonzalo Roig

En 1949, con 17 años, debutó con la Banda Municipal, bajo la dirección del maestro Gonzalo Roig, en el Anfiteatro de la Avenida del Puerto en La Habana. En esa oportunidad, la joven pianista intepretó el Concierto en La Menor, de Edward Grieg.

Roig quedó deslumbrado con su talento y la invitó a dar un concierto en la Plaza de la Catedral, donde interpretó Rapsody in Blue, de George Gershwin. Trataba por entonces hacer conciertos en el Auditorium de La Habana, pero no lo consiguió entonces.

Fue el periodista Agustín Tamargo quien intercedió en favor de la artista con el Colegio de Belén de La Habana para conseguirle una beca musical en España.

Finalmente, Manfugás pudo matricular en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, en 1952, y estuvo bajo la tutela del profesor Tomás Andrade de Silva. Realizó conciertos y estrenos importantes en España, donde dio a conocer las Dos Danzas, del compositor cubano Harold Gramatges, en 1953.

Viajó luego a París para recibir lecciones del maestro Walter Gueseking.

A su regreso a Cuba, tenía fijado finalmente un concierto en el Auditorium el 21 de diciembre de 1958. Los organizadores le recomendaron posponerlo para el 9 de enero de 1959, pero para entonces ya el país vivía la efervescencia revolucionaria del triunfo de Fidel Castro y la pianista tuvo que seguir esperando por su gran presentación en la tierra que la vio nacer.

No fue hasta 1960, cuando el teatro tenía ya el nombre de “Amadeo Roldán”, que pudo consagrar su arte en la principal sala de conciertos del país.

Con Carpentier en Cuba

En Cuba fue nombrada profesora del Conservatorio “Alejandro García Caturla” en Marianao, realizó conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional, y realizó múltiples giras por Europa y Asia.

Manfugás apareció junto al novelista Alejo Carpentier en el documental Nosotros la música (1964), de Rogelio París, visitando la casa del célebre Ignacio Villa “Bola de Nieve” en Guanabacoa. El filme estuvo engavetado durante por decisisón de Alfredo Guevera, por entonces presidente del Instituto de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

En 1974 viajó a Estados Unidos, invitada a ofrecer conciertos en los 50 estados de la nación. Volvió a Cuba por última vez en 1979.

En el exilio actuó como solista en la Orquesta Sinfónica del Nuevo Mundo, en Miami, e impartió clases de Historia de la Música en el Kean College, en Elizabeth, Nueva Jersey. Era una visitante frecuente en homenajes y conciertos en Miami.

Increíblemente nunca grabó un disco en estudio. Dos volúmenes titulados Por siempre Lecuona (1999), realizados con grabaciones suyas de diferentes momentos, contienen los números más populares del célebre compositor.

En diciembre del 2010, ya enferma, recibió un homenaje de la Fundación Apogeo en el Centro Cultural Cuba Ocho de Miami. En esa ocasión no pudo tocar el piano, porque estaba convaleciente de una reciente operación.

“Quieran o no quieran, yo pertenezco a la cultura cubana”, solía afirmar la artista.

La información sobre sus honras fúnebres será dada a conocer  en los próximos días.

Zenaida Manfugás: Crisantemo

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